sábado, 21 de agosto de 2010

Mi primera vez...

Siento que vuelo al mismo tiempo que todo alrededor me parece distinto y almaceno el instante, no como un recuerdo sino como una nueva sensación.

Me siento dueña del frío que me golpea el rostro. Suspendí mis piernas. Todo pasa tan rápido y yo sigo ahí disfrutando la nueva sensación, amando el momento. El camino está vacio, todo lo que conocía pero desde esa perspectiva todo por cuanto veía adquiría algo que lo hacía ver más grandioso.
Vamos demasiado rápido, como enfrentándonos al viento, sintiendo como me golpea escuchando el ruido de lo que no puedo sostener en mis manos. Es maravilloso, y no quiero que termine, no quiero llegar. Amo esa velocidad que por primera vez experimento.

Mis manos están sobre sus hombros, puedo ver mis uñas color morado natural aferrándose sin miedo delicadamente para no perder el equilibrio, desde que me monté, busqué mantener mi estabilidad.

Mi primera vez y es grandioso. Quiero eternizar el momento.
Mi cuerpo pegado al suyo, depositando mi confianza en quien conoce el camino y todos los días experimenta esta sensación que de seguro para él pasa desapercibida. Yo no lo conozco bien, pero me encantó suspenderme y haber empezado con una sonrisa que luego fue mejor con el silencio. No hay cómo la primera vez y quisiera que la próxima también sea la primera. Siente mi respiración y percibo que él también le gusta desafiar al peligro.
El movimiento prolongado, las curvas nos hacen inclinarnos y casi estar más cerca del suelo. Y por un momento estoy volando, estoy demasiado feliz y sonrío pero siento mi expresión distorsionada. No importa es demasiado para mi. Ese rugir que antes me incomodaba -ya no me importa- no existe nada que pueda interrumpir el momento.
La madrugada que amo, el silencio de las calles con autos de lejos. El poder de estar fuera de casa a la una de la mañana.
Soy extremadamente feliz. El camino es desierto el trayecto raudo, no es necesario respetar ninguna señal, somos dueños de lo que pueda suceder. Estamos llegando, puedo ver mi destino, sentir que esto se terminará en unos minutos.

Frenó y sentí recién mis piernas y mi rostro congelado. Él no sabía que era mi primera vez, tampoco se lo dije. ¡Wau! Fue la mejor experiencia...
Me bajé de la moto.
Le di las gracias.

1 comentario:

DEMOCRACIA RADICAL PERU dijo...

Vero, tambien pense que esra tu primera vez... solo que no te lo dije.