miércoles, 11 de agosto de 2010

Adios diecisiete

No habrá retrato en abril, no recibiré frases románticas en primavera, no habrá paseos sobre dos ruedas en verano, sobrepasé el límite de la magia electro.

Hoy soñé que salté con un hombre una zanja de un metro. Me tomó de la cintura desde la orilla y deposite toda mi confianza en él. En el aire me sentí en un abismo interminable numéricamente sin ser infinito pero llegamos hacia el otro lado y percibí a mi padre sin ser él.

Será que me he comido etapas de mi vida? Bendita hambre caprichosa de experimentar por el método de error.

Qué es primero, aprender a hablar o a caminar? No lo sé porque no lo recuerdo, pero pude preguntarle a mi madre y nunca lo hice. Siempre tan independiente yo misma héroe y villana de mi vida. Organizando como puedo el recuerdo, equivocándome y cociendo mis heridas.

He madurado a los once mis sonrisas, me manché terminando mis diecisiete con un tipo al que amé y tenía treinta, pasaron dos meses y dejé las muletas de un gran amor fallido derrumbándome en los brazos de un “fielatodas” que me doblaba la edad.

Me arranco las pestañas cuando me pica el ojo y he fotocopiado lo que he escrito y doy de lo que luego me voy a arrepentir. He sido sincera en todo lo que he dicho, siendo sincera al momento más que a mí. Aproveché mi pos grado en labia para sentirme útil y mayor entre grandes.

Abandonada… Nada ha cambiado. Me siento usada por mí. Amo pero me ha visitado la duda y le abierto la ventada. Sigo pensando que debo seguir la terapia contra los celos aunque no tenga doctor. No me resigno a aceptar que el tiempo no se pueda retroceder, aunque a mi razón le queda claro. Quiero vivir el amor de una forma conocida casi anticuada, casi cursi; sólo porque sé que no puedo retroceder el tiempo y vivir etapas de mi vida.

Quiero una rosa roja que adorne el blanco de mi habitación y me recuerde cada mañana que alguien me ama y cada noche que alguien piensa en mí, para cuando se seque guardarla dentro de un libro y atrapar ese amor en el tiempo. Quiero una notita por día con una frase que la olvide otra al día siguiente, la esperaré con ansias cada tarde hasta el naranja y sólo se me quedará grabado la firma al final. Quiero comer helado con la persona que amo sentados en las escaleras de algún lugar. Quiero recibir un poema cada semana sin importar si es de verso o prosa, quiero uno que guardar. Quiero ser paseada en bicicleta en verano y reírme todo el camino por seducir al peligro de caernos. Quiero que me despierte cada mañana un mensaje de buenos días en mi celular. Quiero un beso en la frente cada noche que me haga sentir protegida de por vida. Quiero un para siempre en un instante incierto. Quiero escuchar versos sueltos y plagiados recostando mi cabeza en un hombro. Quiero cenar mirando el mar del sur. Quiero ser cargada de improvisto en una cuadra dirigiéndonos a otra. Quiero ver escrito en un árbol un corazón con mi nombre y el de alguien. Quiero reírme hasta gastarme en clases particulares de baile. Quiero que escojan una balada que identifique nuestro amor y cantarla a voces cada rato.

Quiero que me lean… y recién cumplir diecisiete.

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1 comentario:

Unknown dijo...

Nunca pensé leer a alguien de esa forma. Amiga es interesante leerte, es una catarsis en otro cuerpo.