viernes, 19 de marzo de 2010

Actuo mi vida

"Conocí más de mi, de lo que debería".
Dicen que los amores de verano no duran para siempre. A mi no me duró, primero porque no empezó en verano y segundo porque no me enamoré.
Alguna vez cuando sientes que no puedes sacar de ti un sentimiento que te perturba, te molestas contigo mismo por ser tan débil y te resignas a la desesperación. Así me sentía dos semanas antes de conocer mi tumba.

Sentí que llegue a amar a alguien de quien me enamoré el verano pasado, siempre me pregunté por qué si yo no considere nada de lo que él hiso para enamorarme. Te aburriría con esto porque a raíz de esto fue que enferme, pero esto es otra historia. Quería arrancarme ese sentimiento desde la raíz plantada en mi corazón, quería quemar todos los recuerdos buenos y desagradables vividos junto a él. Pero no podía y siempre terminaba buscándolo o haciendo que él me busque para supuestamente arreglar las cosas. Hoy me pregunto ¿Arreglar qué? ¿Qué no podíamos estar juntos porque mis padres no lo acepataban?. Hoy me río porque era otra chica y eran otros tiempos.

Me fue dificil, primero la separación física, luego bye bye mensajes,llamadas y cartas. Pero lo más dificil fueron los sentimientos y los recuerdos. El tiempo y la distancia actuaron por si solos, pero los dos pusimos de nuestra parte. Admito que si lo extraño y hasta hoy me encuentro tentada a escribirle, pero lo pienso bien y no lo hago porque hecharía a perder todo el tiempo invertido en dejar ir lo que sentía por él. Atrás quedaron las tardes de conversaciones largas, almuerzos de comida rápida y el claxón de su carro que me hacía correr hacia mi ventana. Todo quedó enterrado con un enorme silencio, aunque a veces visito mi tumba.

En el proceso de recuperación conocí a quien me ayudó a ser quien soy ahora y quien es el culpable por quien escribo esta crónica. Me mostré esquiva desde un primer instante porque tenía una idea de como creía que era, hasta hoy dudo de que sea quien parece.

Vivía días de completa inocencia fantasiada y todos mis días me parecían comunes, llegué a sentir que mi vida era perfecta, así que me enprendí en la aventura de experimentar la realidad porque la perfección no existe.

Dije que no me quéría enamorar, así que intenté querer. Hoy finjo querer. Me propuse enamorar a alguien y luego dejarlo para que sienta lo que yo sentí cuando estuve abandonada. Ya no creo que me vuelva a enamorar y estoy viviendo algo muy real, solo que en mi intento de cumplir mi objetivo a veces olvido que estoy actuando e implico mis sentimientos. He llegado a la conclusión que aunque me empeñe en olvidarme que soy mujer, muy seguido cometo el error de vivir mi personaje.