jueves, 16 de septiembre de 2010

Es la nada

Se mojó la cara para limpiarse de los tristes días. Se miró al espejo y se dió cuenta que no desaparecen por un día que se levante porque está cansada de ahogarse en llanto. Se secó con su manga, caminó hacia su cama y se dejó caer. Sintió que la melancolía la abrazaba y la atraía a no ver hacia afuera. Estaba descalza desde hace mucho tiempo, pero los demás ven botas de cuero.
Se enterró entre sus sábanas y se volvió a mojar. Se desbordó el río de la tristeza, como el primer día que se dejó vencer. Motivos sobran cuando está sola. Alejada de sus sueños, de la gente, de su nombre equivocado, de su pasado. Y si no hay una razón, cuando siente el vacío, que se come sus sonrisas. Es la nada caprichosa.
¿Qué haces aquí? - Le pregunté. Ella me escucha a lo lejos y no para de llorar.
Confiezo que me quiebra verla...

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