jueves, 29 de julio de 2010

Tú mi menor...

Estás creyendote enferma y es mi culpa...
Bendita la hora en que olvidé, que me dijiste que me admirabas.

Hoy por la mañana llorabas y tratabas de hablar balbuceando tonterías cuando te cambiaban para llevarte de nuevo al hospital. Dijiste media desorientada... Dejénme en paz... ! Alessia sabe!... Quiero a Ale!!! ... Aleeeeee!... Ale diles!... diles si esto me corté recien.... Ale diles..! Diles si esto es reciente... Aleeeeeee!!

Me hise la fuerte y dije -No. No es reciente.

Pety yo sé bien que aunque a los demás parezcas fuerte, no lo eres. A mi más que colera o miedo, tu actitud altanera y prepotente de siempre, me ha dado lástima. Tú no... sino esa estúpida actitud tuya.

Como tu hermana mayor, debí darte el ejemplo. sacar buenas notas, ser buena, hablar con la verdad, ayudar a los demás y ser feliz. Desde chica supe que sería diferente al resto porque destacaría en algo y mientras pasaban los años descubrí que "el montón", "la plebe" (como tú le dices a la gente), no se parece a mi.
No saqué siempre las buenas notas por las que me esmeraba, sólo fuí buena hasta terminar secundaria, luego me dí cuenta que podía fallar.Casi no hablo, menos cuando estoy con broncas y la mentira es mi salvavidas por conveniencia. Trato de caerle bien a todos pero no tengo ese dón de caridad con los desconocidos. Busqué disfrutar de los momentos de felicidad pero me gusta más sufrir.
Siempre he pensado que me detestas porque me lo haces saber. Buscando en la mesa después de comer de qué hablar mal de mí, recordándome lo que te debo, según tú lo mal que me visto, corrigiendo cómo debo hablar, con quienes me conviene juntarme.
Criticas a las personas que me rodean y dices que son unos incompetentes. Me insultas más de diez veces al día, sin contar tus muecas, ni tus frases irónicas sobre mí. Ándas quejándote que uso tu ropa y tú cada vez te vistes como yo lo hacía.
Has crecido, te has independizado, pero has optado por seguirme. ¿Inconcientemente? ...
Bendita la hora en que viste mis marcas... Bendita la hora en que encontré en tu cajón una bolsita con dos ligas y una gilet... Bendita la hora en que lees lo que escribo... Bendita la hora que quisiste conocer el dolor... Bendita la hora en que me escuchaste hablar y decir lo que pienso... Bendita la hora en que en silencio te dabas cuenta de todo lo que hacía... Bendita la hora en que no pensé que lo que yo hacía, te afectaba... Bendita la hora en que olvidé que me seguías, no sólo en cómo escribo, en lo extravagante que me vestía, en lo creativo que hago, sino en todo... Bentido transtorno histriónico de la personalidad que se te ha pegado...
Pety, el ser humano es insaciable, el dolor te droga por momentos y sólo quieres tener al sueño como tu enfermera que te prive de la realidad. Detrás de esa chica fuerte, segura y sin errores, se encuentra la pequeña que quiere ser el centro de atención.
Te recuerdo de niña y a todo lado que iba tú ibas conmigo, de la mano.
Haciéndote la fuerte y demostrando tener más agallas que yo. Hoy estás en un hospital para enfermos mentales y no sé que fué más fuerte que tú, que te arrastró a fingir y luego a confundir sin poder ya controlar tu farza con la realidad.
No puedo hablarte y no quiero que me digas nada, hasta que no te recuperes. Me muestro indiferente pero tengo destrozada el alma con mi llanto interno. Solo quiero a mi hermana menor de vuelta. Quiero a la verdadera Pety. Eres importante para mi. Seré la primera en leer tu libro.
Tú mi menor... TE AMO
PD: Para cuando vuelvas en sí, te espero para hablar.
Ale

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